Desde finales de 2020 la industria automotriz se encuentra en serios problemas por la escasez de chips para automóviles. Estas piezas, también conocidas como semiconductores, son fundamentales para la producción de vehículos inteligentes tal como los conocemos en la actualidad.
La escasez de semiconductores no solo afecta a la producción, sino también al valor de venta de los vehículos. Esta ralentización en el sistema de producción hace que las personas que se acercan a los concesionarios muchas veces no encuentren el modelo deseado. Además, los concesionarios no están ofreciendo ofertas sobre los modelos más populares.
Todo comenzó con la pandemia
Todo comenzó, por supuesto, con la pandemia en el 2020. Cuando las plantas automotrices cerraron, la industria redujo drásticamente los pedidos de semiconductores. Los fabricantes de chips, a su vez, centraron la producción en otros productos electrónicos para abastecer la creciente demanda (tecnología móvil y consolas, entre otros). De esta manera, los fabricantes de automóviles han quedado relegados al final de la lista de espera. Esto es lo que pone en gran desventaja al sector automotor en comparación con el resto de industrias dependientes de semiconductores.
Expectativas en el sector ante la escasez de semiconductores
El economista senior de Cox Automotive, Charlie Chesbrough, asegura que hay algunos signos de estabilidad. Por su parte, Arno Antlitz, director financiero de Volkswagen declaró que “anticipamos efectos más pronunciados en el tercer trimestre” para el gigante alemán.
El director ejecutivo de Intel, Pat Gelsinger, predice que la escasez empeorará en la «segunda mitad de este año» y pasarán «uno o dos años» antes de que los suministros, y la relación entre oferta y demanda vuelvan a la normalidad.
El director del Centro de Investigación del Automóvil, Ferdinand Dudenhöffer, asegura que “el problema no estará resuelto a finales de 2021 y podría prolongarse hasta 2023”.
El inventario total al 19 de julio era de solo 1.2 millones de vehículos nuevos en una época del año en que la norma se acerca a los 3 millones. Esto alarma a la industria y alerta de otros posibles escenarios de escasez: el de baterías para coches eléctricos. De esta forma, gran parte del sector prevé que la crisis se extenderá hasta el 2022, cuando todavía el problema de la escasez de semiconductores siga sobre la mesa.
Esto se debe a que los semiconductores pueden tardar hasta seis meses en fabricarse. En el momento en que los fabricantes de automóviles vieron una desaceleración durante la pandemia y cancelaron sus pedidos, las empresas de tecnología de consumo pudieron comprar esos chips. Cuando la demanda de automóviles regresó y los fabricantes de automóviles necesitaron semiconductores nuevamente, no había suficientes para todos.
No se puede perder de vista tampoco que las instalaciones en las que se fabrican los semiconductores también están viendo afectada su producción por nuevos brotes de casos de covid. Por ejemplo, Nissan detuvo durante dos semanas la actividad en una de sus fábricas en Tennessee debido a un brote de Covid-19 en una planta de chips en Malasia.
Cómo está afectando la escasez de chips a la producción
Desde las principales marcas de lujo hasta las más populares se han visto afectadas por este fenómeno. No solo los grandes fabricantes europeos y de Estados Unidos se han visto afectados, sino que la crisis ahora también está tocando a las empresas japonesas.
Ford
Ford Motors anunció que sus ganancias del segundo trimestre cayeron un 50 por ciento. Stellantis, el conglomerado automotriz holandés, detuvo la producción de su camioneta Jeep Gladiator en julio porque la compañía no pudo asegurar suficientes chips. Jaguar-Land Rover estima que esta escasez se traducirá en una reducción de sus ventas en el tercer trimestre.
Volkswagen
Volkswagen dijo que una crisis en el suministro de semiconductores podría obligarlo a desacelerar las líneas de producción durante el otoño, lo que se suma a los recortes que se han implementado desde febrero.
Tesla
Tesla recurrió a reescribir el código de sus vehículos para que la compañía pudiera hacer uso de los chips que tenía a su disposición. Aún así, su CEO Elon Musk asegura que en un futuro cercano la crisis tocará a su sistema de fabricación dado que no se contará con los chips necesarios para los airbags y cinturones de seguridad.
Subaru y Nissanen Japón
En Japón, Subaru tiene solo siete días de inventario disponible, en comparación con el suministro de autos de 45 días que normalmente tiene el fabricante de automóviles, aseguró su director financiero Katsuyuki Mizuma. Mientras tanto, Nissan retrasó la salida de su nuevo modelo Ariya, un crossover 100% eléctrico. La empresa nipona Toyota también informó que recortará la producción en un 40% en septiembre.
Estas paradas en las líneas de producción hacen que cada vez sea más difícil para los compradores encontrar ofertas o precios “de lista” en el mercado. Algunos fabricantes como Ford se han centrado en la oferta de sus modelos más rentables para capear la situación mientras se soluciona esta escasez de semiconductores, pero lo cierto es que el segundo semestre de este año será particularmente difícil para la industria automotriz.